Mirando hacia atrás y luego de haber trabajado 25 años en esta Universidad, el trato que se nos está dando es indigno, carente de reconocimiento al esfuerzo y trabajo que todos desempeñamos, en especial para quienes hemos entregado una vida a la formación de profesionales que hoy son reconocidos por nuestra sociedad

Si la Universidad, goza hoy del prestigio que ostenta, no es por las autoridades que tiene y ha tenido, sino por la calidad de sus académicos y su compromiso en impartir el aprendizaje y formación a nuestros estudiantes. Quienes postulan a las carreras de la Universidad, lo hacen porque tienen la confianza y convicción de que su formación será integra y de calidad, y pese a todas las dificultades que se han presentado a lo largo de este último año, las postulaciones así lo han demostrado. 

El corazón de esta Universidad es su cuerpo docente, sin él la universidad no vive, puede tener muchas otras cosas que ayuden en su imagen, pero es lo más importante, y en vez de pisotearnos, deberían estar agradecidos y cuidar lo que tienen, valorarlo y dejar de hacernos ver como una carga y desconocer el rol fundamental que cumple dentro de la Universidad. 

Un recorte de la planta académica sólo traerá consecuencias negativas para quienes continúen trabajando y también para muchos estudiantes que verán con gran desilusión que equivocaron su elección.

Annemarie Nielsen, Docente Instituto de Farmacia, Facultad de Ciencias UACh.